Ey, te llegó un WhatsApp: conversaciones y democracia en tiempos de redes sociales

Por Adrian Pino

El documental que acaba de lanzar Netflix “The Social Dilemma” (El dilema de las redes sociales) introduce una larga lista de preguntas sobre nuestra relación con la tecnología y los hábitos de vida que vamos incorporando. Democracia, injerencia política, debilitamiento de vínculos humanos y pérdida de perspectiva frente a los problemas sociales son parte de un mismo combo que se propone cambiar el Centro para la Tecnología Humana. En esta nota, algunos de los aspectos centrales que debemos poner sobre la mesa para someter a debate el dilema de las redes sociales.

Ey, te llegó un WhatsApp

Las conversaciones en la mesa familiar ya no son iguales. Cada integrante está pendiente de su pantalla del celular y atiende con prioridad los mensajes que le llegan desde ese dispositivo que la charla con la familia. A veces es divertido enviar un mensaje de WhatsApp a otro integrante de la misma mesa que tenemos a menos de un metro para hacerle notar que queremos hablarle, pero más allá de la broma es indudable que las relaciones están cambiando.

Entre las reflexiones que dispara el film, este documental nos ayuda a preguntarnos si nuestros vínculos y relaciones mediados por tecnología son mejores o más superficiales. O si por ejemplo hemos desarrollado la capacidad de observar el vínculo que existe entre el uso de ciertas tecnologías y tu estado de ánimo, o la calidad de tus relaciones con otras personas.
Las pequeñas dosis de dopamina, las estrategias para atraer a los usuarios un mayor número de horas en las redes sociales y la acaparación total de la atención son parte de un mismo modelo de negocio que explica en gran medida el éxito comercial pero también el impacto en nuestra condición humana que está generando la tecnología.

El impacto en la democracia

Los creadores que le dieron forma a Facebook, Twitter, Instagram, Google tomaron la iniciativa de alejarse de las compañías y tratar de centrar el debate en esta nueva fase sobre la necesidad de “humanizar” el vínculo con la tecnología.

La rebelión de los artífices de Silicon Valley nos acerca una serie de interrogantes:

– ¿Crees que los algoritmos priorizan lo indignante y el contenido que fomenta la división entre grupos y personas? ¿amplifica el odio hacia las minorías?

Y también nos lleva a preguntarnos sobre los efectos de las denominadas “burbujas de filtro” en las que quedamos encerrados los usuarios de redes sociales. Y por eso nos interpela:

– ¿Crees que es importante que todos tengan acceso al mismo conjunto de hechos sobre la realidad? ¿Sigues a personas y fuentes con las que estás en desacuerdo? ¿Por qué?

Las respuestas, lamentablemente, no son muy esperanzadoras.

Las noticias falsas se difunden 6 veces más rápido que las noticias reales. En Twitter, las fake news tienen un 70% más de probabilidades de ser retuiteada (MIT, 2018).

El número de países con campañas de desinformación en redes sociales se duplicó en los últimos 2 años.([New York Times, 2019)

• Los resultados de búsquedas en Google pueden cambiar las preferencias de los votantes indecisos por 20% y hasta 80% inclusive (PNAS, 2015)

• Un paper interno de Facebook de 2018 señalaba «Nuestros algoritmos explotan la atracción del cerebro humano por la división. El contenido más polarizado capta la atención del usuario y aumenta el tiempo que pasa en la plataforma» (WSJ, 2020)

Tres dilemas de las Redes

Las consecuencias no deseadas de las tecnologías se están poniendo al día con
nosotros en forma de tres dilemas centrales que son abordados en este documental.

– el dilema de la salud mental: Adicción, ansiedad y depresión. Estas plataformas están diseñadas para recompensar la distracción y mantenernos conectados a expensas de nuestro bienestar.
– el dilema de la democracia: donde la polarización política y la brecha o división es parte del negocio. El contenido que promueve la indignación, el engaño y la conspiración se promueve como una forma de generar más participación.
– el dilema de la discriminación: allí se inscriben lo que los especialistas llaman el “sesgo algorítmico” y la amplificación del odio. Los algoritmos no están equipados para detectar el discurso de odio y los datos de nuestra actividad online son utilizados para reforzar formas de discriminación

Un pacto con el diablo

“Aquellos de nosotros que confiamos en estas plataformas somos, sin saberlo, cómplices de este pacto con el diablo, donde intercambiamos nuestra libertad por seguidores, nuestra cohesión social para una conexión instantánea, y la verdad por lo que queremos escuchar”, reseña el documento que puso a circular este equipo de expertos. La iniciativa cuenta con un sitio web que pretende reunir a todos aquellos esfuerzos de quienes quieran terminar con estos efectos no deseados de las redes sociales, para que el documental no quede sólo en una película más que miramos, sino que sea un insumo para provocar las acciones necesarias.

En su corolario, el Centro para la Tecnología Humana nos invita a revisar esta situación y tomar nota del escenario actual. “Mientras las empresas de redes sociales se beneficien de la indignación, confusión, adicción y depresión, nuestro bienestar y el de las democracias seguirá en peligro. Es hora de cambiar esto”.

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* Si querés sumarte a este movimiento, podés visitar https://www.thesocialdilemma.com/

Si sos docente y querés conocer opciones para abordar estos temas, comunicate con www.desconfio.org

Fuente: El Entre Ríos