- Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
- La vacuna desarrollada por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya (Rusia) se encuentra aprobada en 70 países.
- Es la primera que llegó al país y de la que se han aplicado la mayor cantidad de dosis, pero también una de las vacunas sobre las que han circulado más desinformaciones.
- En esta nota te contamos las desinformaciones más comunes que Chequeado ha identificado, y qué dice la evidencia al respecto.
La vacuna Sputnik V fue desarrollada por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya (Rusia), se encuentra aprobada en 70 países y tiene una eficacia del 91,6%, según los resultados del ensayo clínico de fase III publicados en la revista científica The Lancet.
Es la primera vacuna que llegó a la Argentina: arribó al país el 24 de diciembre de 2020 e inmediatamente comenzó a aplicarse. También es la vacuna de la que se han administrado la mayor cantidad de dosis hasta ahora: 9.075.256 del primer componente y 2.383.895 del segundo. Sin embargo, también es una de las vacunas sobre las que han circulado más desinformaciones desde el comienzo de la campaña de vacunación.
En esta nota te contamos las desinformaciones más comunes que Chequeado ha identificado en torno a la vacuna Sputnik V en la base LatamChequea Vacunas y en sus monitoreos diarios de redes sociales, y qué dice la evidencia al respecto.
El consumo de alcohol está contraindicado durante 42 días después de aplicarse la Sputnik V.
FALSO
Esta desinformación surge tras las declaraciones de la viceprimera ministra rusa, Tatiana Golikova, en diciembre de 2020, quien dijo: “Los vacunados deben evitar los lugares públicos y reducir la ingesta de medicamentos y alcohol, que podrían inhibir el sistema inmunológico, dentro de los primeros 42 días después del primer pinchazo”.
Como contamos en esta nota, varios medios nacionales y provinciales y posteos en redes sociales publicaron que las autoridades rusas habían prohibido el consumo de alcohol en los 42 días posteriores a la primera inyección.
Ante la rápida viralización de la desinformación, el director del Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya -desarrollador de la vacuna Sputnik-, Alexander Ginzburg, aclaró que “no se trata de una prohibición total del alcohol durante la vacunación” sino de “una limitación razonable de consumo hasta que el cuerpo haya formado su respuesta inmune a la infección de coronavirus”.
Lo cierto es que el consumo moderado de alcohol tras la aplicación de la Sputnik V o cualquier otra vacuna no compromete la respuesta inmune. “Está demostrado que la ingesta moderada de alcohol no suprime la respuesta inmune. La única manera en que el alcohol puede comprometer es cuando se trata de un paciente alcohólico que evoluciona a una cirrosis hepática, ya que la ingesta excesiva de alcohol en forma crónica compromete la funcionalidad del hígado”, explicó a Chequeado Jorge Geffner, profesor de Inmunología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador del Conicet.
En este punto también coincidió Eva Acosta, investigadora del Conicet y especialista en Inmunología: “Las principales evidencias científicas que existen dicen que un consumo crónico y excesivo de alcohol reduce la respuesta inmune a las vacunas. Desde el punto de vista inmunológico no hay razón para prohibir o recomendar no consumir alcohol siempre que se haga en los límites razonables para la salud”.
Una enfermera del Ejército Argentino murió tras recibir la vacuna Sputnik V.
FALSO
Tras el comienzo de la campaña de vacunación en la Argentina a fines de diciembre de 2020, comenzaron a circular en las redes sociales una serie de mensajes que señalaban falsamente que una enfermera y cabo primera del Ejército Argentino había muerto en la ciudad de Zapala, provincia de Neuquén, tras recibir la vacuna rusa Sputnik V.
Pero esto es falso. El Ejército Argentino confirmó mediante un comunicado que la cabo primero enfermera general María Daniela Domínguez falleció “en el Hospital de Zapala el pasado 1 de enero de 2021 por una falla cardíaca taquiarritmia como consecuencia de un tromboembolismo pulmonar” y que “no había sido vacunada contra el COVID-19”.
Asimismo, la ministra de Salud de la provincia de Neuquén, Andrea Peve, aseguró en su cuenta de Twitter que, “sobre los rumores que involucran a una persona fallecida, cabe aclarar que la misma no había recibido la vacuna Sputnik V”.
Esa no fue la única desinformación que vinculó falsamente graves efectos secundarios y muertes con la vacuna desarrollada por Rusia. También para la misma fecha circuló que un médico de la Policía Federal había muerto luego de recibir la Sputnik V y que en Rosario se había suspendido la vacunación producto de efectos adversos generados por la vacuna. Estos contenidos falsos fueron desmentidos por Chequeado (ver acá y acá).
Lo cierto es que la Sputnik V es segura y efectiva contra el coronavirus. Según el último Informe de Vigilancia de la Seguridad en Vacunas, desde el inicio de la campaña de vacunación contra la COVID-19 se han notificado, hasta el 30 de junio de 2021, 48.345 eventos adversos posteriores a la vacunación tras la aplicación de 20.543.325 dosis. En el 99% de los casos los efectos secundarios fueron leves.
Para Sputnik V los eventos reportados más frecuentes fueron: dolor de cabeza, fiebre y dolor en el sitio de inyección.
La Organización Mundial de la Salud rechazó la vacuna Sputnik V.
APRESURADO
Actualmente, la vacuna Sputnik V se encuentra en proceso de revisión por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para ser incluida en su lista de uso de emergencia, según confirmó el propio organismo internacional.
Hasta el momento, la OMS ha validado para su uso de emergencia a 6 vacunas contra el coronavirus: AstraZeneca, Pfizer-BioNtech, Janssen, Moderna, Sinopharm y Sinovac. El organismo no se ha expedido aún con respecto a la Sputnik V, por lo que es apresurado decir que rechazó o no avaló la vacuna.
La OMS junto con la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) llevan realizados 9 inspecciones, según informó el organismo el 24 de diciembre: 5 a centros de ensayos clínicos de la vacuna Sputnik V para evaluar buenas prácticas clínicas y 4 a diferentes plantas de fabricación.
De las últimas 4 inspecciones, la OMS “encontró incumplimiento de las buenas prácticas de fabricación” en la planta de envasado Pharmstandard – Ufa Vitamin Plant de Bashkortostán (Rusia). Entre ellas, problemas de trazabilidad e identificación de los lotes de las vacunas.
Tras el informe, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, reconoció que “había algunas deficiencias identificadas por el grupo de inspección” y que las mismas se tuvieron en cuenta y se corrigieron. También los responsables de la planta enumeraron todas las acciones realizadas para resolver los problemas identificados por la OMS e invitaron al organismo internacional a realizar una nueva inspección.
“Sujeto al cumplimiento de ciertos requisitos, la OMS continuará evaluando la vacuna Sputnik V de diferentes sitios de fabricación y publicará las decisiones sobre su autorización de uso de emergencia cuando todos los datos estén disponibles y la revisión haya concluido. Cualquier vacuna que demuestre ser segura, eficaz y de calidad garantizada, y que cumpla con los requisitos establecidos, recibirá una recomendación de autorización de uso de emergencia”, sostuvo la OMS en un comunicado.
La vacuna Sputnik V altera el material genético humano.
FALSO
El temor de que las vacunas contra el coronavirus podrían de alguna manera cambiar el ADN humano es una de las desinformaciones que más frecuentemente circulan en las redes sociales, principalmente con las vacunas de ARN mensajero (Pfizer y Moderna) pero también con la Sputnik V, que utiliza una plataforma conocida como vector viral. Lo cierto es que las vacunas contra la COVID-19 no modifican ni interactúan con el ADN.
“Tanto las vacunas de vectores virales como las de ARNm les dan instrucciones (material genético) a nuestras células para que comiencen a producir una porción inocua del virus (la proteína Spike) que causa el COVID-19. Luego, nuestro sistema inmunitario reconoce esa proteína como algo extraño y comienza a producir anticuerpos para combatir lo que considera una infección. Sin embargo, el material nunca ingresa al núcleo de la célula, que es donde se encuentra nuestro ADN”, explican los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos.
Mark Lynas, profesor visitante del grupo de la Alianza para la Ciencia de la Universidad de Cornell, Estados Unidos, explicó a la agencia Reuters que ninguna vacuna puede modificar genéticamente el ADN humano. “Eso no es más que un mito, que a menudo se propaga intencionadamente por los activistas contra la vacunación para generar confusión y desconfianza”, dijo Lynas.
El académico explicó que la modificación genética implicaría la inserción deliberada de ADN ajeno en el núcleo de una célula humana, y las vacunas sencillamente no hacen eso. “Las vacunas funcionan entrenando al sistema inmunológico para que reconozca a un patógeno cuando intenta infectar el cuerpo. Esto se hace principalmente mediante la inyección de antígenos virales o virus vivos debilitados que estimulan una respuesta inmunológica a través de la producción de anticuerpos”, concluyó.
La web oficial de Sputnik V muestra que la primera dosis de su vacuna pierde efectividad con el tiempo.
FALSO
Como contamos en esta nota, circula en Instagram un posteo que muestra la captura de pantalla de la página web sputnikvaccine.com -el sitio oficial de los desarrolladores de la vacuna Sputnik V-, que contiene un gráfico titulado “Ventajas de la inmunización de refuerzo”. Sobre esa imagen se afirma erróneamente: “Página oficial de Sputnik muestra cómo la primera dosis pierde efectividad con el tiempo”.
La web oficial de Sputnik V a la que hace referencia el posteo no sostiene que la primera dosis de la vacuna “pierda efectividad con el tiempo”. El gráfico que acompaña la publicación desinformante, en tanto, sí aparece en la página web de Sputnik V, pero no muestra una pérdida del efecto de la primera dosis de esa vacuna.
La imagen muestra cómo la estrategia de utilizar 2 vectores virales diferentes para cada dosis (Ad26 + Ad5) mejora la respuesta inmunitaria tras la aplicación de la segunda dosis, a diferencia de otras vacunas que utilizan el mismo vector para ambas dosis o una sola dosis, aunque en la publicación oficial no hay referencias a estudios científicos o alguna evidencia que respalde la información que aparece en el gráfico.
Pablo Scapellato, jefe de Infectología y Control de Infecciones del Hospital Santojanni, dijo a Chequeado que “no existen ensayos en los que se haya estudiado ‘cabeza a cabeza’ distintos intervalos interdosis, por lo que las afirmaciones respecto al ‘vencimiento’ [de la primera dosis] son absolutas especulaciones”.
“Al momento sabemos que la segunda dosis de todas las vacunas, incluso las de COVID-19 que requieren 2 dosis, refuerzan la respuesta inmunológica y la hacen más robusta y duradera”, indicó el especialista, al tiempo que agregó: “La respuesta inmunológica se va perdiendo a lo largo del tiempo sin llegar por eso a agotarse. Pero este ‘agotamiento’ con la mayoría de las vacunas es un fenómeno muy lejano en el tiempo”.
Fuente: Chequeado