Estudiar el ecosistema digital por el que circulan noticias falsas

La expansión de Internet condujo a un cambio sin precedente en los medios y en los modos de consumir contenidos, en particular información. La aparición de nuevos actores en el ecosistema del siglo XXI puso en jaque al sistema de broadcasting de los medios de masas del siglo pasado. Este nuevo esquema reticular, de muchos-a-muchos, posibilitó el desarrollo de un receptor interactivo que tomó el nombre de prosumidor (productor y consumidor), y que de a poco, se convirtió en el eje de la web.

La network permite que los mensajes se dirijan directamente a los usuarios que ahora tienen más probabilidades de aceptar y compartir un mensaje en particular. Este modelo reticular además fue escenario de la convergencia de formatos, lenguajes y estéticas, y de plataformas y herramientas digitales de la Internet participativa.

El fenómeno de las noticias falsas se vio potenciado por este esquema y por la dinámica de las redes sociales, que permiten a los usuarios de la web publicar y compartir contenidos rápidamente con otros usuarios. Estos engaños en los contenidos informativos, a su vez, han tomado preponderancia en el contexto del paradigma de la “posverdad”, entendido como una “distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones, con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”, en el ecosistema digital.
En ese sentido, esta investigación busca interpretar el fenómeno de las noticias falsas desde la Ecología de los Medios. Este enfoque estudia a los ambientes en que los medios se desarrollan con la intención de integrar diferentes procesos sociales, tecnológicos y comunicacionales. Postman (1970) señala que la ecología implica “el estudio de los ambientes: su estructura, contenido e impacto sobre la gente”.